martes, 11 de diciembre de 2012

Tercero Segunda


Otro año pasa ya, junto a extraños seres;  muchas veces  me sigo preguntando ¿Me conocerán, sabrán quién soy? si quiera algo de mí… no lo sé,  lo que sí se es que no son comunes, no son lo que me imaginé la primera vez que crucé esa puerta, les contaré como estaba yo, estaba muy deprimida, destruída al verme obligada a abandonar algo que sentía parte de mí, enfrentándome a algo totalmente diferente y desconocido, sentí miedo, mucho miedo… ¿a qué? Bueno, el que me conoce, sabrá que tengo motivos y demasiadas experiencias para justificar ese miedo, ¡Y cuánta razón! Pero absolutamente nada fue como me lo imaginé, creo que ha de haber sido obra de la suerte, del universo, ponerme justo en el lugar indicado, en el momento indicado. Y fue así como pude completar mi transformación personal, interior.
Quién si no eran ellos podría haberme enseñado el significado del compañerismo grupal… ¿encajar en un grupo? Jamás me había sucedido antes, ¿Mantener unido ese mismo grupo? No existían estas cosas para mí. Un grito, un enojo, una cachetada, una radaja a puteadas nunca importó demasiado, después de todo, lo importante es descargarse, y al otro día,  si no es a los 5 minutos (en mi caso), volvía a estar todo excelente, como si nada hubiera pasado, como si nadie se hubiese enojado, como si nadie estuviera de mal humor, porque esa era otra, imposible entrar a ese curso de mal humor y no salir con una sonrisa, cagándote de risa, olvidándote completamente de ese mal humor, o de por qué estabas mal.
Cada vez somos menos, un par se han ido, poquitos se suman, pero seguimos conservando la esencia; seguimos digo, como si hubiese estado ahí desde hace más tiempo, como si los conociera como los que vienen desde el principio se conocen entre ellos, o no…
Lo interesante acá es la enseñanza que deja la situación, que no es necesario saber de dónde viene uno o qué le pasó durante su vida para disfrutar muchísimo con esa persona, sólo con esa dosis de alegría de todas las mañanas, una charla circunstancial, un ambiente común, el infaltable mate, y listo. Claro que no siempre es lo mismo, si falta una pieza, el paisaje del rompecabezas no queda completo, puede que se vea bien igual, pero sigue sin estar completo, ya que cada uno tiene ese algo, esa chispa, esa característica propia que lo hace único y que logra hacer notar su ausencia; algunos portan esa esencia un poco más notoria que otros, claro.
Es increíble encontrar personas a las cuales no les importa si sos estúpido, feo, si te chifla el moño, cómo te vestís, qué edad tenés o qué tipo de caca tenés en el cerebro, te hablan igual y te integran, como si esas diferencias no existieran en lo absoluto, tal y como somos todos, por lo que somos, seres humanos sin ir más lejos, simplemente eso.
Hoy ya se cumpliría otro ciclo más, dos años junto a ellos, y yo la verdad, a esta altura ya ni se si me quieren, si no, si piensan que tengo un pedo atravesado en la nuca (y estarían en lo cierto), si les doy igual, si me bancan sólo porque digo estupideces o porque de vez en cuando hago reír a alguno, pero poco me importa, porque algo es seguro y no me cabe ninguna duda: y es que con ellos, es en el lugar en donde más cómoda me he sentido grupalmente.
Me conformo con eso y...
Me despido comiéndome un pan(sólo ellos entenderán esto).

Melissa Antonella Orbegozo, 29/11/2012










domingo, 9 de septiembre de 2012

Verte Morir


Me gustaría ver
saber
qué se sentirá
verte morir, verte morir, verte morir.
Me gustaría sentir
sensación de bienestar al
verte morir, verte morir, verte morir.
Sentir tu muerte
entre mis brazos,
y que el puñal dado,
no fue colocado en vano.
Me gustaría dar la chance perfecta
de el sufrimiento hacer desaparecer
y sin detrás dejar puertas
que escondan daños a futuro.
Con la emoción que no se juega
hacer justicia de alguna manera.
Y si hoy regreso mal
(verte morir)
Si no puedo superar mis miedos
(Verte morir)
Si no respiro a ritmo normal, 
o si el asunto no es pasajero
Verte morir, es lo justo para mi dolor
y a la vez es lo peor
pues la muerte libera
a todo sufrimiento
y no habrá hueco que rellene
para lo que ya sucedió.
Pero los débiles nos dejan
de maneras espantosas
para morir hay varias formas
que incluso uno puede elegir
cuando una hoja soplas
y esta no siente tu aliento
si un problema se presenta, sin descuido
cuando ya no hay chispa
no hay esperanza, no hay fe
si te rodean hipócritas enfermos
y no cambian actitud en tu presencia,
si el optimismo falla 
sin reemplazar por realismo
entonces habrás muerto.
Por cada "vida: porquería"
se te resta un año de vida
y así es como poco a poco
yo voy a poder verte, voy a poder sentirte así:
muriendo, muriendo, muriendo.
Todos podemos ser inmortales
si lo escogemos a tiempo.

Melissa Antonella Orbegozo

Mayo del 2012, no importa cuando.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ardiente Seguridad


Tu esencia es de fuego.

¡Arriba esa autoestima, que naciste para cambiar vidas!
Para que tus pasos provoquen terremotos
y se sientan a la legua.
Los verdaderos sienten tu ausencia
también los plásticos.
¿Qué es eso de sentirse menos?
Vive 
para que todo lo que toques se transforme en llamas
deja, mejor, un camino de fuego,
por donde vayas marcando el paso.
Arde por dentro, por fuera se nota.
Destila tu aroma, tu autenticidad.
Expríme los restos de tu originalidad, de tu poder
y dáselos de beber, sacia su sed, su sed de vos.
Mas no des, guarda, lo mejor de vos
para aquellos que comprenden
por sí solos.
No convenzas, confunde.
Así verás como:
"la gente espera impaciente tu entrada
pero la máscara sólo sonríe"
Sólo sonríe, el placer, el placer que te da.
No te preocupes, que el YO sea 
tu primer mandamiento
y Seguridad, tu segundo nombre.

                                           
Melissa Antonella Orbegozo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Mi Ser y Tu

Mi ser y tu .

Escribes con besos de amor 
en mi corazon 
Me das hambre de ti, me das
infinitos
Me das sosiego, con tus caricias 
y abrazo
como una flor que acaricia mis
sentidos e abraza con sus petalos

Esto es un sueño en el que tu eres mi
despertar
y mi despertar pertenece a tu
mirada
y tú... y tu sonrisa es el libro que delato a mi ser.




21/8/2012





By: Jorge Romero (Rome)






lunes, 20 de febrero de 2012

Tus Manos



Mucha gente gusta de cosas, de partes, de características.
A mí, particularmente, me gustan las manos.
Pero sus manos fueron las que más me han llamado la atención, al menos de tal extravagante forma y hasta ahora.
Y cada vez que las cautivo me producen curiosidad, no son normales, ni especiales, sólo perfectas.
Suavidad infinita, rayada miel amorfa, y cinco plumas deslizándose... haciéndome cosquillas.
¡Quién fuera a decir, que traerían la paz en mí!
Fuentes conectoras de la energía más pura, sutiles movimientos, modesta cicatriz, amoldables a cualquier curva peligrosa, la transforma en inocente e inofensiva.
 Dudosos gestos casi incomprensibles.
Contactan las cuatro, el yin y el yang, y comienza la revolución.
Fuertes vibraciones, débil es el contacto, poderoso el efecto.
Tiemblo.
Calmo.
Erizo.
Deslizándose cual gota de lluvia sobre el vidrio del bus, estremeciendo por dentro y por fuera, normalidad anormal poco apreciable en terceros, incluso en él mismo.
Refugio: antibalas, anti llanto, anti duda, anti miedo.
¿Quién ha de encontrar otro igual?
Los ojos pueden mentir, cual mirada controlada, cual ceguera me invade.
Los labios son expertos en el arte del engaño.
El físico y la apariencia engañan por sí solos, y naturalmente lo hacen.
Y yo hablando de sinceridad, cuando empleo el ejemplo de una sutil caricia, un contacto tan profundo, la energía tan benigna, no puede ser un engaño.
No hay nada más real que la suavidad de tus manos, que el amor que transmiten, que la calma que producen, que la intriga que causan en mí. No hay nada más sincero, y no hay otra manera de que pueda creerte.
 No es fácil creer en alguien complicado, ni tampoco es posible creerle a los ojos estando en plena ceguera, ni a los labios, ni la apariencia, ni a la sonrisa que a veces suele ser malévola.
Tus manos, nunca van a mentirme, por eso me gustan, por eso me atraen, por eso me hipnotizan, y por eso las elijo como mías, porque han sido parte de mí, porque son reales y porque a ellas sí les creo, porque por ellas descubrí que en verdad me amas.

Melissa Antonella orbegozo, 20/2/2012 3:46 a.m. (Terminau)


lunes, 13 de febrero de 2012

Malentendida Desesperación


Definitivamente, hay cosas para las cuales uno nace y otras para las que no. Y yo creo que nací para estar sola, nací para vivir una vida como la de cualquier escorpiano, tirar todo a la mierda e independizarse completamente, hacer lo que me plazca, no merezco estar con alguien más y tampoco la otra persona merecería estar al lado mío, no entiendo a los seres humanos por lo que me cuesta relacionarme con los mismos. Hoy entré en crisis, una crisis nerviosa que por poco casi me obliga a romper todo, a mandar todo lo que construí al carajo. Si una estupidez semejante puede causar algo tan tempestuoso en mí, no me imagino lo que sería si se me presenta un problema serio. Debo aprender a arreglarmelas sola y a no aferrarme a absolutamente nada, al fin y al cabo no se equivocan los que dicen que si te chupa todo un huevo se vive mejor. Si el problema es uno, obviamente la única persona que puede aliviar y llevar lejos el dolor propio, es uno mismo... aunque cueste aceptarlo o simplemente a uno no le guste esto. Éso es, justamente lo que lo hace más complicado, uno suele depender de alguien, más cuando algo muy jodido a nivel emocional le sucede, cuando, como ya se conoce la frase, la respuesta está en tu interior... se trata de aprender a vivir, no es fácil ser una persona jodida, pero es que si uno no lo es, es a uno a quien lo terminan agarrando los jodidos. Y no es nada bonito que te toque una persona como nosotros.
Obedecer es totalmente un acto erróneo salvo que sea a los mismos padres, porque nadie jamás en la vida cumplirá con nuestras demandas así como nosotros cumplimos en nuestros momentos de desesperación, y en momentos de otro tipo de desesperación más potente nos damos cuenta de que no vale la pena ni si quiera cambiar por nadie, no vale la pena en lo absoluto mentirse a uno mismo cuando uno sabe que por dentro siempre va a seguir siendo la misma mierda, esa mierda de la cual uno se siente fríamente orgulloso. La esencia prevalece y cada tanto se hace notar, creen conocerte, pero nadie lo hace realmnete y no saben de qué manera uno se ataca, se desespera, hace locuras, la gente sólo ve tus actos pero jamás verán los motivos, y un aplauso para los pocos que pueden ser testigos de esos motivos que se llevan a cabo en momentos de destrucción.

(Dios mío, dame paciencia, pero dame la ya! Quiero volver a respirar mi aire con normalidad).

No sirvo para vivir en conjunto, menos para tener a alguien al lado, no soportaría a todo lo que eso conllevaría, no lo soportaría, no lo estoy soportando, de hecho, constantemente, son guerras,  guerras internas, interminables guerras internas que van destruyendo lo que soy poco a poco... van haciendo bosta todo a su camino sin dejar rastro bueno sano. Y todo queda es el vacío enorme que siento cada tanto. No quiero que vuelva a pasar algo de la misma naturaleza pero tampoco quiero destruir todo lo que me costó un huevo conseguir, así, de un día para el otro, en un solo seguno y por una idiotez, no lo deseo así como tampoco deseo que todo esto que se me cruza por la cabeza se de a la luz, porque los malentendidos siempre han estado, aún siguen estando y no se irán ni que pasen miles y miles de siglos. También hay otro factor aún mucho peor que los malentendidos... los entendidos.







jueves, 9 de febrero de 2012

Autoestima

¿Para qué matarse haciendo algo con mucho amor si la persona a la cual va dirigido ese algo no lo va a valorar? ¿Para qué interesarse en cosas que a nadie le va a llamar la atención? ¿Exigente? ¿Exagerada? Puede ser... pero no veo cual es la complicación del asunto, no estoy exigiendo que me hagas una ecuación ni que me analices una oración separándola en sujeto y predicado y demás yerbas. Sólo pido un poco de consideración a ese tipo de estupideces a las cuales yo sí les doy importancia. En fin, prefiero guardármelas para mí, y que sean un bonito recuerdo a darlas a conocer y que no pase absolutamente nada. Sería otro desnudo más, otro strip tis de mi alma tirado al tacho de soretes del gato.
Pero atrás de todo esto, existen otros p̶r̶o̶b̶l̶e̶m̶a̶s̶ asuntos... asuntos que, también, a otros pareciera resbalarles cual vaselina deslizándose pordoquier, asuntos como el de mi autoestima.
¿Se imagina usted lo que influye cada cosa que dice de mí? ¿Se imagina usted lo que me hace sentir cada cosa que usted dice acerca de alguien más, comparando, adulando, sin sentido? ¿Le gustaría, un minuto, ponerse en mi lugar de idiota y sentir lo que yo siento? Es una mezcla de baja autoestima con narcisismo puro, es un "Todos son mejor que yo" intercalado con un "Soy lo mejor que has tenido en tu... perra vida". Aunque, no es tanto una mezcla, porque primero va uno, y luego el otro, primero va el :okay: y luego el :areyoufuckingkiddingme: 
¿Que yo no digo las cosas? Oh, claro, sí, claro que las digo... en ése tono jodón y sarcástico que utilizo, o hasta a veces muy normal, todo lo que digo en una situación circunstancial es lo importante para mí, de hecho, no me gusta el tener que cambiar de clima a charla seria para tener que acotar algo de esta naturaleza, no es mi estilo, prefiero decirlo sutil y directamente en cualquier momento, porque nunca encuentro uno ideal. Que no se me preste atención, this is another story. 
Y como siempre, otro día echándome la culpa, repitiendo que yo soy la que me comparo física y mentalmente con los demás(Sobre todo físicamente) autoconvenciéndome de que debo dejar de hacerlo, de que la principal desencadenante soy yo. De hecho, lo soy, pero lo soy desde el preciso momento en el que decido inconscientemente creer y sobrevalorar la palabra agena, no desde que me comparo, porque yo no inicio ese atroz acto de estupidez sin sentido que no lleva más que al lavado mental, "la elite de la porquería", sólo eso.
Pero debido a esas personalidades extrañas... hay gente que nunca jamás sabrá lo que es... sentirse, por un momento... la persona más horrible del mundo.